Leemos que un Diputado mendocino autotitulado Daniel Cassia (era obvio que tenía que haber una SS en algún lado, es uno de los muchachos de Macri, qué mas esperaban) quiere que los menores de 18 años se queden en sus casitas, encerrados al calor del hogar, cuando el reloj marque las 20:30. Eso, claro, a menos que tengan alguna obligación para trasladarse a algún lugar, pero siempre y cuando cuenten con una autorización de la autoridad competente. ¿El motivo de esto? Frenar la inseguridad. Porque se sabe, don y doña bienpensantes, que esos pendejos son los que afanan todo, te matan, te violan, andan todos sucios y endrogados por ahí… y aparte queda feo que anden por ahí afeando el paisaje. Porque es contra los vagos esos negros la medida, ¿no?. Total los chicos bien van a andar con sus papis que los llevarán a donde quieran ir, o en sus autos personales, o en remisses. Además, esos blanquitos (ojo, blancos de alma como diría Blumberg, no discriminen por el color de la piel: miren más adentro, al alma –a propósito, tengo en oferta unos dispositivos para ver alma recién entrados al país que están en liquidación, aproveche que Blumberg ya tiene varios y me está quedando poco stock) no son el problema, ellos son las víctimas siempre, ni un lío generan, pobrecitos ellos.
Es por estas buenas intenciones que tiene el Diputado CaSSia, que nos queremos sumar y proponer algunas medidas extra para garantizar la efectividad de la lucha contra el delito y la inseguridad:
1- Los hijos de padres que ganen menos de 3 canastas básicas por mes serán expulsados de las escuelas. Total, son unos negros que no aprenden nunca, unos vagos, para qué malgastar recursos en gente que no va a aprovechar lo que se le ofrece.
2- Cuando un menor sea encontrado culpable de un delito -para lo cual sólo bastará la proba autoridad policial-, o cuando sea sospechado de haber cometidoun ilícito, o cuando se crea que pensó en hacer algo ilegal, o cuando se deduzca por sus miradas que ha pensado en ir contra el orden natural e histórico de las cosas en nuestra Patria, será automáticamente detenido.
3- Deberá pagar su estadía en el centro de reclusión, porque nuestros impuestos (los que pagamos, porque, entre nos, un poquito siempre la dibujamos para que el Gobierno angurriento no se llene los bolsillos con el fruto de nuestro esfuerzo –esfuerzo en explotar a otros) no tienen que ir a bancar la vida de los delincuentes malparidos esos. Como retribución los reos deberán:
a) mostrar su agradecimiento al sistema carcelario que los alejó de la mala vida y les está enseñando a convivir con otros, siempre diciendo que sí a sus superiores en la cadena alimenticia;
b) trabajar en tareas asignadas por autoridad competente, para generar los ingresos que posibiliten su pena;
c) si lo obtenido como fruto de su esfuerzo sobrepasa la suma necesaria para su manutención, éste se distribuirá entre las autoridades competentes como recompensa por su excelente trabajo al frente de esos bestias.
4- En caso de no poder trabajar, serán deportados a Paraguay, Bolivia, Perú, China, Senegal, Isla de Pascua, o algún punto exterior al territorio patrio. Total eso significaría una recompensa si se quiere, pues se lo regresa a la tierra de donde es originario, y de la que no tendría que haber salido nunca y menos para venir acá y usar nuestras escuelas, hospitales, sacarle el trabajo a los negros de alma blanca que hay en esta patria tan generosa que tenemos.
Consideramos que con esos puntos, es posible un buen comienzo en la lucha contra la pobreza y la inseguridad que, como todos saben, son la misma cosa. Así lo hubiese querido el presidente más honesto que tuvo la Patria, el General Videla. Ésos son políticos honestos, que entraron y se fueron con la misma plata. No como todos estos que se llenan la boca con la democracia para robar.