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1 mar 2010

Aaggggghh... Aahhjummmm!!!!!!!

Aaggggghh... Aahhjummmm!!!!!!! (onomatopeya de bostezo). Dicen que algunos animales, los osos entre esos algunos, tienen el hábito de hibernar. Generalmente, como se desprende del análisis etimológico de dicha palabrita, eso sucede en invierno: la cosa es má someno sasí: un bicho se guarda durante el invierno, pero todo el invierno, eh, para no pasarla tan mal; en dicho periodo no hace mas que dormir y consumir los nutrientes que acumuló durante el resto del año en que estuvo activo y lo único que hizo fue comer y procrearse (afortunados osos). La cuestión es que mi verano me encontró en una hibernación muy sui generis. No, no es que haya cantado hu bountiém poqué fuiermó so, lalalá lalá lalá, y así, todo el verano. No!! Me niego a volver a hacerlo! Pero mi hibernación me encontró en mi querida ciudad de corrientes un poco laburando, yendo a la playa algunos días (días que generalmente estaban nublados y/o lloviendo) aunque de playa hubiese sólo un cartel gracias a la crecida del Paraná, volviendo a jugar al fútbol después de varios años, con los correspondientes calambres posteriores, las patadas a mis amigos por llegar a destiempo, y obviamente esa sensación de que el oxígeno que queda sobre el planeta no te va a alcanzar para llenar los pulmones de fumador que se están quejando de que te quieras hacer el guapo después de años de no hacer mayormente nada. Entre esas cosas, que estuve sin internet buena parte del verano en la casa de mis viejos, y una sensación de cuelgue naturalmente veraniega, poco y nada hice por y para este espacio que tantas alegrias me va a dar alguna vez. Pero, señoras y señores, se acabaron los tiempos de bonanza y ahora le toca el turno a la familia Ingalls, porque todos estamos camino al cielo (y, con esto, ya me dejo de citar series de Michael Landon, QEPD, porque nunca me cayó muy bien que digamos el muchacho). La cuestión es que quería avisar que volví. Conociéndome, es bastante dificil saber el rumbo que va a tomar este espacio durante este año 2010, año de Vicente Nario. Voy a tratar de seguir actualizando seguidito, y de que alguna vez se me ocurra algo interesant, cuando no ocurrente o, aunque sea, no tan descartable cual reloj chino vendido por los nuevos morochos del abasto.

Nos olemos…